La tecnología de formación de redes es una innovación del sistema eléctrico que permite recursos energéticos distribuidos, como la energía solar fotovoltaica, la energía eólica y sistemas de almacenamiento de energía—Formar redes locales de forma autónoma y coordinada mediante inversores. Esta tecnología permite que estos recursos operen independientemente de una red central tradicional, manteniendo la capacidad de conectarse a la red principal cuando sea necesario.

En concreto, en los sistemas eléctricos, la tecnología de formación de red permite que las fuentes de energía distribuidas (como la solar fotovoltaica y la eólica) se conecten directamente a la red mediante dispositivos electrónicos de potencia (como convertidores), en lugar de depender de generadores síncronos tradicionales para mantener la estabilidad de la red. Cada unidad de energía distribuida puede responder de forma autónoma a la demanda de la red, proporcionando apoyo energético esencial, como la regulación de frecuencia y la estabilización de la tensión, mejorando así la estabilidad y la fiabilidad de la red. Esta tecnología es especialmente adecuada para los sistemas eléctricos modernos con una alta proporción de integración de energías renovables, ya que aborda eficazmente los retos que plantean la volatilidad y la incertidumbre de las fuentes de energía renovables.

La tecnología de formación de redes implica varios componentes centrales, siendo los más cruciales los inversores conectados a la red, los sistemas de almacenamiento de energía y los sistemas de gestión de energía.
Formación de cuadrícula inversores Sirven como base de la tecnología de formación de redes, permitiendo que la energía de CC proveniente de fuentes eólicas, solares y de almacenamiento de energía se conecte a la red de CA y facilite el control bidireccional del flujo de energía. Los convertidores electrónicos de potencia avanzados pueden responder rápidamente a las fluctuaciones de la red, proporcionando regulación dinámica de voltaje y frecuencia.
Los sistemas de almacenamiento de energía, en particular los dispositivos de gran capacidad como las baterías de iones de litio, funcionan en conjunto con convertidores electrónicos de potencia para liberar o absorber energía rápidamente según las necesidades de la red. Esta coordinación ayuda a equilibrar la oferta y la demanda, mejorando así la estabilidad y la fiabilidad de la red.
Los sistemas de gestión de energía (SGE) monitorizan y controlan el funcionamiento de toda la red, lo que incluye la predicción de la generación de energía renovable, la programación de los recursos de almacenamiento de energía y la optimización de las estrategias de operación de la red. Son esenciales para lograr una gestión inteligente y eficaz de la red.